Accidental Billionaires, una historia real sobre dos millonarios bitcoin
Por Redacción Cripto247 
El libro de Ben Mezrich habla del genio, la traición y el arrepentimiento que involucra al autor, a Mark Zuckerberg y a los hermanos Winklevoss
Samuel Fishwick explica que Mezrich tiene un talento para hacer éxitos literarios que envuelven al lector y generan en los guionistas y productores un interés de adaptarlo al cine.
Bitcoin Billonaires sigue esta lógica, pero tiene un plus más. El autor intenta, según sus propias palabras, hacer que el mundo cripto y, en especial, los bitcoin pierdan misterio y “se vuelvan más reales.
Mezrich cuenta una divertida anécdota en la cual relata que describió a los hermanos Winklevoss como dos deportistas olímpicos que se aprovecharon del talento de Zuckerberg para crear una red social universitaria para terminar siendo los billonarios accidentales.
El escritor contó que todo se aclaró cuando leyó un artículo del New York Times que los calificaba comos “los primeros billonarios de bitcoin”. Ahí entendió su error y llamo a los hermanos para pedirles perdón. Después pasó un año y medio entrevistándolos, y nuevamente usó el humor para contarse como “un tercer Winklevoss”, en declaraciones a Vanity Fair.
La definición de bitcoin del Mezrich la da, mejor que nadie, uno de sus personajes en una parte en la que explica:
“Es dinero verdaderamente digital, descentralizado, que se intercambia como correo electrónico. No hay intermediarios. No hay autoridad. El dinero que se mueve a la velocidad de la electricidad, a través de internet “, mezclando la historia de Zuckerberg con la de Accidental Billonaires.
El escritor intenta comparar el valor de las monedas fiat con bitcoin. En esta analogía, explica que el dinero está respaldado por el precio del oro, que vale lo que las personas pagarían por él en efectivo. Los BTC están respaldados por codigo fuente, software, de hasta 31.000 líneas. Cadenas de información que no pueden ser replicadas ni modificadas. Por eso, el autor añade:
Los “mineros” de Bitcoin gastan fortunas en vastas cantidades de hardware de computadora (y facturas de energía) para procesar nuevos números y descubrir más bloques, como monos infinitos en máquinas de escribir infinitas.
Otro enigma que presenta la obra es sobre el creador de bitcoin. La invención se atribuye a una entidad misteriosa llamada Satoshi Nakamoto, aunque podría ser una sola persona o un seudónimo. Hay una escena en una fiesta, en la que los hermanos Winklevoss disertan en un rascacielos de San Francisco si el creador estaría allí.
