LaBitConf celebra su sexta edición con un ecosistema en crecimiento a pesar del bajo precio de bitcoin


Se desarrollan nuevos proyectos y se fortalecen las tecnologías aún con un mercado a la baja en toda la criptoeconomía
Es la sexta edición anual de LaBitConf y, para quien se acerca por primera vez, queda claro que se trata de un club de amigos ya formado. Hay sana competencia, claro, pero es común ver como los asistentes se saludan a los abrazos sin importar el idioma o el color de la remera brandeada con el logo de alguna de las startups del sector.
El encuentro se celebra desde ayer, 5 de diciembre, hasta mañana por la tarde en el Centro Cultural CorpArtes en la ciudad de Santiago de Chile. Reúne a los grandes jugadores de criptoamérica, con participantes de casi todos los países.
Por los pasillos se escucha poco y nada el acento chileno local, reina una mezcla de inglés como segundo idioma y español latinoamericano. Hay diversidad de edades, casi cero mujeres, y uniformidad de looks. Con remeras que gritan los nombres de empresas y, con orgullo, exhiben logos y bromas propias del sector. “To the moon”, hacia donde aspiran que llegue el precio de bitcoin, la gran medida de salud económica del sector y otras frases como “F“ck the banks” que no requieren de una extensiva explicación. Para algunos, las medias son un token importante de orgullo, como las que llevan la “B” de bitcoin en color oro.
Los problemas como la inestabilidad económica, tan frecuente en los países latinoamericanos, fueron la inspiración que atrajo a muchos de los emprendedores locales al mundo cripto. Familiarizados con fenómenos como la depreciación de la moneda, la inflación y los malestares de las épocas de vaca flacas, los argentinos, colombianos y peruanos que se encontraron con bitcoin entendieron la necesidad de mejorar las propuestas y modelos actuales. Pero este año, la caída de casi el 80% interanual del precio de bitcoin fuerza a revivir los momentos duros del mundo fiat que buscaron solucionar.
Los veteranos en cripto, una industria que apenas cumplió diez años, buscan llevar tranquilidad a los recién llegados. “Esto no es grave, la del 2014 fue una depresión”, comentan. “Lo importante es usar estos momentos para mejorar procesos, construir y crear alianzas… Cuando el precio sube no hay tiempo para nada”, aseguran. Aún para los emprendedores que levantaron capital para sus proyectos en criptomonedas, y han perdido importantes cantidades de dinero, reafirman que la baja del sector sirve para descartar a “los especuladores”. Una mirada, como mínimo, snob. Y aún peor, expulsiva de los últimos en llegar, un crimen para una comunidad cuya supervivencia depende de la adopción masiva.
Las entradas standard, por tres días de conferencia más algunos workshops, cotizaban al menos 300 dólares, más pasajes y estadía para los extranjeros. El foco de los asistentes está puesto en afianzar lazos dentro de la industria, muchos hicieron el esfuerzo necesario para acercarse y casi 300 personas participan del evento.
Están los que vienen a escuchar a los oradores famosos, como Andreas Antonopoulos y Zooko Wilcox. Pero la gran mayoría viene a patear los pasillos, potenciar el networking con los líderes de la industria, compartir algun momento más intimo en el VIP con una de las figuritas conocidas del sector.
El precio de bitcoin no se menciona pero está latente en las conversaciones. El primer día, durante una actividad reacreativa en una bodega en las afueras de la ciudad, apareció el nombre perfecto para reírse del espíritu compartido. “Santa Rita es la patrona de las causas imposibles”, y si, “por eso vinimos” bromeó el grupo.