Las criptomonedas nacionales no consiguen el éxito esperado


Cuáles son las razones por las que los criptoactivos lanzados por los gobiernos no logran imponerse

¿Qué pasa si un gobierno nacional decide modificar el código de bitcoin y lanzar su propia criptomoneda? Sin dudas, será una forma de crear un sistema financiero nuevo. Crear y construir de manera correcta una criptomoneda nacional, en teoría, podría ser beneficioso para los países, ya sea como complemento o en remplazo de la moneda fiduciaria nacional: previene la falsificación de moneda, el fraude, la corrupción y además tiene costos de mantenimiento mucho más bajos que los de los sistemas físicos.
Uno de los ejemplos más curiosos de un intento de criptomoneda nacional es el de las Islas Marshall, un país formado por un archipiélago de islas y habitado por 53.000 personas al norte del ecuador en el Pacífico. Las Islas Marshall tienen una larga historia de colonización, y pasaron por las manos de España, Alemania, Japón y, finalmente, los Estados Unidos después de la derrota del imperio japonés en la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos ha detonado 67 armas nucleares en las Islas Marshall con fines de prueba, arruinaron de forma permanente varias islas y causaron descontento entre los nativos. Luego de estos eventos, las Islas Marshall finalmente se convirtieron en su propio país en 1979, pero no son completamente independientes: aún dependen del ejército de Estados Unidos para la defensa y del servicio postal de Estados Unidos para el correo, y la base de su economía es el comercio con EEUU y los subsidios otorgados por el gobierno federal. Por supuesto, la moneda fiduciaria oficial de las Islas Marshall es el dólar de los Estados Unidos, y ahí es donde entra en juego el ecosistema cripto. La Presidenta de las Islas Marshall, Hilda Heine, ha estado presionando por una criptomoneda nacional llamada Sovereign (SOV) para que las islas puedan volverse menos dependientes de los Estados Unidos. Sin embargo, esta movida le costó ponerse al Parlamento en contra y recibir amenazas de desfinanciamiento por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). Finalmente, Heine prevaleció, mantuvo su cargo y el proyecto SOV sigue en carrera, pero sin fecha de lanzamiento. Heine prevaleció, mantuvo su trabajo como presidenta, y continúa con el lanzamiento del Sovereign (SOV), aunque se desconoce exactamente cuándo se lanzará la criptomoneda.
Venezuela es quizás el ejemplo más destacado de un país que ha lanzado una criptomoneda nacional. La moneda fiduciaria de Venezuela, el Bolívar, se ha estado sufriendo una hiperdepreciación durante años y ya prácticamente no tiene ningún valor: por ejemplo, una taza de café ha pasado de 14 bolívares a 7.000 bolívares en un año.
Esta hiperinflación ha motivado al gobierno de Venezuela a lanzar Petro, una criptomoneda respaldada por reservas de petróleo, oro, diamantes y hierro, aunque no se ha publicado ninguna evidencia de estas reservas, algunos críticos especulan que el Petro no está respaldado por nada. En cuanto a su uso, el Petro ha sido limitado en el plano ternacional después de que Estados Unidos haya declarado en marzo de 2018 que la criptomoneda era ilegal. Además, no hay indicios de que el Petro haya sido adoptado por los venezolanos: aparentemente es difícil obtener Petro, y aún más difícil comerciarlo. Por ende, los especialistas concluyen en que Petro no ha tenido ningún beneficio real para la economía venezolana. En cambio, muchos coinciden en que si Venezuela adoptara Bitcoin como su criptomoneda nacional, probablemente estarían en una situación mucho mejor.
Senegal y Túnez son dos países que han lanzado criptomonedas respaldadas por sus gobiernos, denominadas eCFA y eDinar respectivamente. Estas criptomonedas son esencialmente las mismas que la moneda fiduciaria nacional, excepto en que tienen formato de criptomoneda. El beneficio es que proporciona una forma digital más segura de la moneda fiduciaria y puede enviarse a cualquier parte del mundo de forma instantánea e intercambiarse, posiblemente mejorando el comercio internacional. Dicho esto, en los últimos años no hay informes, reportes ni noticias sobre el éxito de eCFA o eDinar.
Irán es otro país que está planeando lanzar una criptomoneda nacional para eludir las sanciones de los Estados Unidos, pero al igual que el Petro, esta criptomoneda iraní probablemente será declarada ilegal, lo que paralizaría su potencial para el comercio internacional.
A fin de cuentas, una criptomoneda nacional respaldada por el gobierno podría ser muy beneficiosa, ya que sería muy segura, evitaría la falsificación, mejoraría el comercio internacional y sería mucho más económica de operar que un sistema de efectivo físico. Sin embargo, todavía no han habido criptomonedas nacionales verdaderamente exitosas. Quizás en el futuro, un país lance una criptomoneda nacional que consiga el éxito que se proponga. En conclusión, Bitcoin es mucho mejor que cualquier criptomoneda nacional centralizada, y si un gobierno estuviera realmente preocupado por el bienestar de su gente, simplemente adoptarían Bitcoin.
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